Después de desconvocar el momento planetario por el final de
los secretos de Estado (10-10-10) debido a las trabas
administrativas y las puñaladas humanas que he sufrido en las
últimas semanas, este mensaje me ha proporcionado un rayito de
esperanza. Espero que a vosotros también os sirva.
Canalizado por Gillian
MacBeth-Louthan
Han anunciado a todos que el
contenido molecular de su ser va a ser luz. Han llegado hasta el
centro del Universo que ustedes representan Deslizándose a través de
las cadenas que han usado como adorno. En la quietud de todo lo que
son reside la verdad del asunto, reside la verdad de la tierra y del
corazón. Es dentro de la quietud que van a encontrar lo
bioluminiscente en que tienen que convertirse. La Luz dentro de la estructura
celular de su ser cambia en luminancia como un pez de aguas
profundas. Visualicen que su ADN se hace bio-luminiscente, brillando
en el centro líquido de sus células, su flujo y
reflujo.
Somos el Consejo de Ella.
Venimos del pasado y el presente simultáneamente. Nos sentamos en la
intersección del tiempo esperando que un portal les recuerde que
dentro de ustedes existe tanto ella como él, el Dios y la Diosa. Cuando la diosa (Dios en
Nosotros) se
activa no tiene género, ni especificaciones. Los portales del pasado
ahora se cierran muy rápidamente. Miran hacia atrás (esperando no
convertirse en sal) para descubrir dónde han estado, pero todo ha
cambiado, el paisaje se ha despejado mostrando una nueva
costa.
Cuando ustedes vinieron a la
tierra le dijeron al universo que eran capaces, y que no se
preocupara, que ustedes harían el trabajo. Al ser terrestres una
densidad cayó sobre ustedes. Su luz cambió y sus contratos se
convirtieron en una carga. En esa carga, perdieron su deseo.
Perdieron su pasión. Perdieron su empuje. Encuentran que muy poco en
la tierra los satisface. Quieren ser felices en su trabajo de luz.
Quieren ser felices en su trabajo de sanación. Quieren ser felices
en su vida, pero han perdido el entusiasmo. Han perdido su pasión.
Estos contratos y cargas que llevan sobre sus hombros son como
baldes sépticos de alguna vida oriental, llenos con lo que hay que
eliminar.
Ustedes tratan de darse a luz a
sí mismos de nuevo todos los días pero nadie aplaude sus
culminaciones cósmicas, sus revelaciones humanas, y sus logros.
¿Dónde está el aplauso? ¿Dónde está el reconocimiento que su alma
busca? Un Gran Depresión ha caído sobre la raza humana, una tristeza
planetaria, un renunciar antes de que cambie la marea. Esta energía
proviene de un recuerdo del ADN de un tiempo que está alineado con
las tres caídas de la Atlántida. Un tiempo cuando se esforzaron tanto para levantar el
mundo, para levantar la luz, para levantar a otros a un punto de
seguridad, y no lo consiguieron. Vida tras vida, existencia tras
existencia se han entregado al 100% y no han visto la culminación
del contrato.
Nosotros, el Consejo de Ella y
les pedimos que vayan al límite una vez más. Les enviamos cometas,
asteroides, explosiones solares y energías de estrellas recién
nacidas. Les enviamos postales de Sirio, de las Pléyades, de
Arcturus y Andrómeda. Les enviamos grabados en el pasto verde y
melodías características de los pájaros. Lo hacemos todo por
ustedes. Para evitar que se den por vencidos, porque ustedes son la
esperanza del planeta. Ustedes son quienes nunca se han rendido, a
pesar de que querían. En esta vida han venido a limpiar a nivel
celular las tres caídas de la Atlántida. No sólo la Atlántida de la tierra, sino la destrucción de la Atlántida estelar y las energías que le
sucedieron.
Han clamado al Dios
Todopoderoso, al Gran Espíritu, a Shekina, a todo lo sagrado a
través de todas sus existencias. Sintieron que sus oraciones caían
en oídos sordos y corazones cerrados. Cómo podía su Dios, su
Creador, su Instrumento Santo, no salvarlos, no ayudarlos, no
enseñarles, no mostrarles. Eso, queridos, es lo que vinieron a
limpiar. Vienen para limpiar conscientemente las veces que ustedes
fueron los videntes, los chamanes y los santos, los sacerdotes, los
mesías, los que creyeron cuando nadie más creía. Ustedes mantuvieron
esa creencia hasta el último aliento una y otra vez. Ustedes han
representado al bien y a dios y la luz en todos los niveles de su
ser y ahora les pedimos que mantengan esa confianza y creencia por
un día más, un pensamiento más, un latido más del corazón.
Vayan al límite de su luz una
vez más.
Van a descubrir que el Dios al
que han adorado, el Dios ante el cual se han inclinado, el Dios al
que le han rezado no es más que un Dios seccional. Ustedes han
visto, conocido y experimentado sólo una rebanada de ese pastel de
luz. Les pedimos que sean los capitanes de su barco, el amo de su
alma. No se supone que se hundan con el barco en esta encarnación.
Éste es el tiempo y el lugar que han esperado.
El universo está a punto de
rasgar sus limitaciones y abrirse para que ustedes vean exactamente
lo que tiene que manifestarse. Las vibraciones que les llegan ya
causan confusión en el cerebro. Están escuchando muchos niveles de
comunicación, están viendo muchos niveles de luz, están
experimentando muchos niveles del corazón, están derrotando muchos
niveles de oscuridad, todo en el mismo aliento, en el mismo día, en
el mismo pensamiento.
Cada singularidad que son
ustedes está dividida en millones de componentes. Eso es
aproximadamente cuántos componentes tienen dentro de cada
pensamiento. Cada uno de sus pensamientos está tocando todo. Todo a
través de su pasado, todo a través de su sangre y su historia
familiar, todo a través de las estrellas, todo a través del universo
y todo tiempo, todo espacio y todas las dimensiones. Ustedes son el
lugar donde la vida se cruza con la vida.
Si pudieran ver el tejido de
luz del que vienen, si supieran la historia que rodea a cada uno de
ustedes, comprenderían que no hay fracasos, no hay deficiencias.
Siempre han durado hasta el último minuto y nunca se han rendido, ni
siquiera cuando el universo no se les mostraba, ni siquiera cuando
su gente no se salvó, ni siquiera cuando no pudieron curar a su
tribu, ni siquiera cuando ocurrió el desastre. Ustedes
creyeron.
Sabemos que están muy
decepcionados y furiosos con el Creador. Sabemos que a veces sienten
que sus oraciones no han sido contestadas. Sabemos que se sienten
como si hubieran sido descartados y abandonados, pero eso no puede
suceder. Ustedes saben que nunca están solos. Les pedimos
que vayan
hasta el límite una vez más por todo lo que alguna vez creyeron y todo lo que no
pudieron probar.
Somos el Consejo de ELLA.
Estamos contenidos dentro de ustedes, como ustedes están contenidos
dentro de nosotros. Nosotros somos un océano y ustedes son los
riachuelos y los arroyos y los ríos y las lagunas a los que abrimos
nuestros brazos y nuestros corazones. Les pedimos que cada vez que
se sientan cansados y quieran abandonar la tierra, sólo piensen por
un momento en la creación y véanla como un océano y sumérjanse en
ella. Sólo por un momento, piérdanse ahí, vengan a casa. Los dejamos
con un conocimiento que es más fuerte que cualquier cosa que hayan
encontrado.